jueves, 23 de septiembre de 2010

Bicentenario , 18 de Septiembre Algarrobo

 

Estando a menos de una semana de lo que fue la celebración nacional del Bicentenario, es mi intención hacer un balance tanto del fin de semana en general, cómo una crítica a los que tanto han reclamado, incluso con cartas al director, sobre lo que fueron las celebraciones de fiestas patrias, por parte de la juventud “tan mala de hoy en día”.

Llegué 1 día antes de lo normal a Algarrobo con mi polola y mi perro, inmediatamente aprovechamos de ir a Algarrobo Norte, una playa con amplio espacio y algo alejada de la ciudad, donde es normal ver desde gente con perros, pasando por volantines y gente pescando, hasta motoristas que aprovechan los kilómetros de playa que hay para correr por la arena.

Fuera de lo común, era que la playa estaba bastante concurrida, siendo que siempre es posible como dije antes, ir con perros, motos, pesca, etc. La verdad es que de sólo ir a esa playa se notaba que las fiestas en Algarrobo serían bastante movidas, no cómo el resto del año que a decir verdad, las ferias Artesanales parecen ser lo único para hacer en el, quizas demasiado tranquilo, balneario de la Quinta Región.

El día siguiente ya se notaban muchos más autos, más gente en las calles, y eso que todavía no estaban teóricamente, todos de vacaciones, y se esperaba que esa tarde-noche, llegaran muchos más “turistas” por así decirlo. Y claro, es que Algarrobo fue este año el destino predilecto de estudiantes, algunos de los cuáles no habían ido, quizas nunca, a este destino.

Para la noche del Jueves, es decir, plenas vacaciones de todo Chile (prácticamente). Algarrobo parecía ser una versión dieciochera de lo que es Reñaca en los meses veraniegos, aunque claro está sin la infraestructura, calles, negocios, etc para soportar a tanto visitante. A decir verdad, el sólo hecho de que el comercio fuera a cerrar al día siguiente, parecía alertar a todos los visitantes de última hora, que desesperados buscaban las últimas cosas necesarias para el asado de bienvenida, el hielo para las piscolas o la chicha que no alcanzaron a comprar antes de salir de Santiago.

No puedo hablar por la primera noche en las fondas, ya que nos quedamos, junto a mi polola y los amigos que invité a pasar el fin de semana, en mi casa a las afueras de la ciudad, comiendo el primer asado y los primeros brindis de muchos que vendrían.

Por los comentarios que tuve de algunos conocidos que me encontré al día siguiente, la fonda parecía Mall el día sábado antes del día de la madre, es decir, repleta.

El segundo día nisiquiera optamos por bajar a la ciudad, sino que nos quedamos todo el día en la casa preparando el asadito, y compartiendo toda la tarde al son de la música y con un agradable trago en mano. Sin embargo, cuando ya caía la noche, nos pusimos de acuerdo para ir todos a las fondas.

A eso de las 1am, llegamos todos a las fondas, para darnos cuenta de que realmente estaban repletas, pero el problema no era lo repleta que estaban, sino que por donde uno mirara se veía más y más gente llegando a las fondas, estacionando autos, tomando en las cercanías, etc.

Tuve la suerte de encontrar estacionamiento en un lugar cercano, por lo que no costó mucho llegar a la fonda, aun cuando el lugar estaba lleno. A esa hora, poco y nada quedaba de festividades a la chilena, menos quedaba chicha ni terremotos, para pena de nosotros que veníamos todos con la idea de tomar uno que otro terremoto. Lo que si quedaba eran incontables personas bailando, tomando y divirtiéndose en las distintas fondas que se instalan desde hace años ya siempre en el mismo lugar.

El resto de los días pasó muy similar, más de 12.000 personas en un “pueblo” donde normalmente en el mejor de los Veranos habrán 10mil en todo el pueblo, ahora concentradas en el recinto de las fondas, bebiendo, bailando, gritando, saltando, o cualquier otra actividad de las que normalmente suelen verse en una fiesta de este tipo.

Ahora bien, ¿donde estuvo la diferencia de este año con años anteriores?. A mi parecer, este año le tocó a Algarrobo, lo que años anteriores había ocurrido con Maitencillo, o Pichidangue o en su tiempo fue Viña. Eso, no es más que la moda del año. Quizas este año, con las herramientas sociales en su pic dentro de la sociedad chilena, es más fácil masificar una moda, todos comparten sus destinos con anticipación y es así que muchos cambian sus destinos dependiendo de la cantidad de gente que vaya a determinado lugar.

En el caso de las cartas al director, notificando una suerte de conspiración para tomarse el tranquilo pueblo de Algarrobo, o las noticias que muestran el peor lado de las fondas, creo yo que, son exageraciones sobre lo que siempre pasa en cualquier balneario cuando tiene su año de moda. En Algarrobo como dije antes, todos los años llegaban miles de jóvenes para celebrar las fiestas patrias, la manera de celebrar ha sido siempre la misma, este año no se bebió o comió más que otro años por el hecho de ser bicentenario, a exepción claro de todos aquellos que se pusieron como meta tomarse una piscola por cada año que la patria cumple, claro que de esos, me imagino que el año pasado también habrán quedado igual de borrachos, tampoco hubo más ni menos fondas que años anteriores, y tampoco hubo más o menos control policial que años anteriores, a fin de cuentas lo único que cambió fue la cantidad de jóvenes que asistió este año a Algarrobo, por que si lo pensamos, 12 mil jóvenes, a un porcentaje del 30% que queda mal parado…es “más atractivo” para los medios, que si hubieran sido 2 mil, con el mismo 30 o incluso más porcentaje de “malportados”.

A fin de cuentas, la única diferencia entre este año, con los años anteriores, fue el lugar, y probablemente la concurrencia a un sólo lugar haya sido mayor gracias a Facebook, Twitter, etc. fuera de eso, cuesta pensar o medir, si hay este año conductas más problemáticas, o mayor ingesta de alcohol, drogas, sexo y rock&roll, que años anteriores,…o ¿es que acaso nuestros padres no celebraron desenfrandamente nunca las fiestas patrias?, cuesta creerlo.

Pero bueno, supongo que incluso a mi, con 25 años me pasa, que ya encuentro que los más jóvenes, están siendo más desenfrenados, despreocupados, irresponsables, sexuales, etc, de lo que yo alguna vez fui..aunque claro, probablemente si alguna vez llegué, y es muy probable que si haya llegado a ese punto, es que al día siguiente no me haya acordado ni la mitad de lo que hice,…supongo también que menos me acordaría de lo que hice o no hice, 25 años después.