domingo, 15 de mayo de 2011

De estupideces y concecuencias

Ayer en la noche salíamos de mi casa con destino a una fiesta con mi polola y 2 amigos más en el auto, salimos temprano porque teníamos que llegar a la lista gratis que cortaba a las 12.30am, y a decir verdad quedaba un tanto lejos.

Pasando por el frente del Alto Las Condes se notaba cierto taco, aun cuando los autos avanzaban de a poco, cómo si algo estuviera entorpeciendo el flujo pero nada muy grave. Al llegar al puente de Kennedy habían 2 tipos caminando hacia los autos y encarándolos cómo pidiendo que los atropellaran, o eso parecía al menos. Los tipos no deben haber tenido más de 20 años y no se notaban de mala pinta ni mucho menos, imagínese el clásico niño cuico que quiere parecer flaite.

A decir verdad, esos son casi peores que los flaites mismos, ya que saben que cualquier cosa que pase, la playa los salva o el amigo del Papá, etc…mal no les va a ir, al menos no si de carabineros u otro organismo se tratase.

Pasé el puente casi atropellando a uno de ellos que se me acercó mucho al auto y notamos que habían al menos unos 5 o 6 más en la vereda cómo si estuvieran esperando que a alguno lo atropellaran para hacer algo, definitivamente eran parte del jueguito o lo que sea que estuvieran haciendo. No habíamos alcanzado a pasar el puente cuando notamos que los compañeros que estaban en la vereda empezaron a tirar piedras a los autos, hasta que lograron trizarle el parabrisas trasero a un BMW que pasaba por ahí. El tipo del auto frenó a encarar y buscar a los responsables del piedrazo y los inteligente niñitos se quedaron ahí, nisiquiera intentaron escapar sino que confiados en intimidar por ser más, le hicieron frente al tipo.

Todo esto lo mirábamos desde mi auto que estaba parado en la luz roja y pensaba, qué hubiera pasado si me rompen el vidrio a mi, o si una piedra le llegaba a alguno de los que iba en el auto conmigo, fue entonces que me bajé del auto y corrí a ayudar al tipo que se había bajado a buscar responsables. Habían unos 7 de estos tipos y él había logrado agarrar a uno que a golpes trataba de soltarse, mientras lo  otros entre que miraban y trataban de ayudar. Finalmente entre que muchos autos bloqueaban el paso, otras personas se quejaban del tránsito y los tipos se agarraban a combos me quedé al lado de la pelea en caso que alguno de los otros “niñitos” se le ocurriera meterse a “maletear” al dueño del auto.

Autos parados cerrando el paso, mi auto lo manejó mi polola dando una vuelta para volver hacia el lugar de la pelea, taco, gente gritando, los niñitos gritando cosas y mucha gente que opinaba, era el resultado de un grupito de niñitos que no tenía nada mejor que hacer que andar tirando piedras a los autos por el sólo hecho de hacer daño. Para mala suerte del tipo que agarraron, el compadre con que se estaba peleando era, por lo bajo, de origen asiático, y bueno ya saben, bueno pa los combos, (aunque no vimos ninguna patada voladora super espectacular). El tipo quedó con el niñito en el suelo y tratando de mandar manotazos pero desde afuera se veía claramente que la pelea ya estaba decidida. Entre que con una mano agarraba al cabrito contra el suelo y recibía los gritos de sus amigos el tipo le azotó la cabeza contra la vereda, buscando me imagino dejarle claro al compadre que si seguía intentando pegarle, le iba a ir muy mal.

A decir verdad, para este punto ya estaba la típica señora que salió a defender a los niñitos gritando escandalizada por la golpiza que le estaba dando. Gritaba suelten a ese niño, no le pueden hacer eso, pero claro, ella no había visto la escena entera y tampoco había recibido ella un piedrazo en el auto. Fue el marido de la señora horrorizada el que le dijo que se quedara en el auto y bajó a calmar la pelea, mi polola llamaba a carabineros y no podía dar con ellos, aun cuando la situación se estaba poniendo un tanto acalorada y a decir verdad si no hubieramos estado ahí más gente probablemente al “niñito” le hubiera ido mucho peor.

Le dije a mis amigos que nos fuéramos, ya estábamos algo atrasados para llegar a tiempo para no pagar en la fiesta. Cómo dije antes, autos parados cerrando el paso, atochamiento en general y un enredo por todas partes hacían difícil salir del puente. Entre que miraba cómo salir de ahí, vi a uno de los “niñitos” caminar en dirección a donde estaba ya tirado su amigo, que era la misma dirección donde estábamos nosotros, sin embargo, nunca pensé que el tipo fuera a pararse al lado del auto, abrir la puerta del copiloto y no se porqué, mi polola entre que estaba hablando con carabineros y despistada que es, estaba abajo del auto y al lado de este tipo que hace 5 minutos atrás había querido pegarnos a los que los habíamos ido a encarar.

Me bajé del auto y caminando hacia el tipo le dije que si no se iba le iba a romper la cara, amenaza que se tomó en serio y se fue rápidamente de donde estábamos, para suerte de él, puesto que yo no tenía intenciones de darle un golpecito en la espalda para que se fuera. Entre que eso pasaba seguía todo el cuento del niñito que lo mantenían detenido en el suelo y llamaban a carabineros, los cuales hasta la fecha, brillaban por su ausencia.

Nos fuimos sin saber el desenlace de la historia, los “niñitos” al parecer habían escapado dejando a su suerte al atrapado y sólo quedaban 2 o 3 que se quedaron para asegurarse de que nada pasara me imagino, dentro de éstos, los que estaban en primera instancia paseándose entre los autos. Alguien dijo incluso que hace algunos minutos atrás habían robado una cartera a una mujer del auto, que no se atrevió a hacer nada al respecto.

¿Será que el impulso por llamar la atención o de ser rebeldes, los hace querer verse y actuar como flaites?. Me imagino que los papás de estos imbésiles no tienen idea de la situación y que al buscar a su hijo, ya sea en la comisaría o en el hospital, dirán algo cómo “pero si mi hijo nunca haría eso”, o quizás no sea la primera vez y ya están acostumbrados a este tipo de comportamiento, cómo sea, ¿qué les pasa por la cabeza que creen que pueden armar un grupito, tirarle piedras a los autos, romper vidrios e incluso pegarle un piedrazo a alguien en el peor de los casos, y no tener ninguna concecuencia?.

El TOC, que sonó cuando le azotaron la cabeza contra la vereda puede haber sonado cómo demasiado, incluso uno de mis amigos quedó algo impactado con el sonido y la forma cómo por 5 segundos el tipo perdió la conciencia, sin embargo, el mismo sonido le recordará a ese “niñito” que sus acciones, acarrean concecuencias, y que no siempre va a salir impune de las estupideces que hace. Probablemente al menos ahora lo piense 2 veces antes de tirar piedras a los autos, y a decir verdad, espero que se de cuenta de que podrían haberlo matado a golpes, si no hubieramos sido hartos testigos un poco más calmados que los 2 tipos que se bajaron enojadísimos del BMW.

Pero, ¿se dará cuenta?,  o quizás el próximo fin de semana andará en las mismas denuevo, pensando en que esta vez si tendrá suerte, o que un rayo no cae 2 veces en el mismo lugar, o cualquier escusa que lo lleve a no entender la lección que ayer se llevó.

Cómo diría mi viejo,…”en mi época mi papá me hubiera sacado la chucha”.

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